En el IESA se desarrolló en cine foro sobre el documental “El Reventón III, la industria petrolera en manos venezolanas” (1976-1999), la última obra de Carlos Oteyza que explica de manera dinámica y directa, la historia que el petróleo y los venezolanos escribieron en el último cuarto del siglo XX.

El evento contó con la participación de los reconocidos académicos y especialistas en petróleo, Luis Roberto Rodríguez y Ricardo Villamil, quienes abordaron desde diferentes perspectivas los aciertos y fracasos que englobaron a esta etapa de la historia de la industria petrolera.

El profesor del Centro Internacional de Energía y Ambiente del IESA, Ricardo Villasmil, centró su intervención en el manejo de la renta petrolera como el principal problema de dicho período. A su juicio fue la mala administración de los ingresos provenientes de la explotación del petróleo, lo que impidió un mayor aprovechamiento de este recurso en la generación de bienestar y desarrollo en el país.

Villasmil explicó que bajo la idea de “sembrar el petróleo” se destinaron los ingresos de la industria al subsidio de actividades económicas poco productivas, que aunque en ese momento generaron una imagen de prosperidad, no eran sostenibles ni competitivas.

Para el Doctor en Economía Política, Luis Roberto Rodríguez, lo que caracterizó a la PDVSA de la nacionalización fue el capital humano (por encima del capital físico) como motor de su sustento. Enfatizó que durante este proceso la industria petrolera gozó de una importante autonomía financiera y de nombramientos internos, lo cual facilitó la implantación de la meritocracia y el aumento de los niveles de reinversión.

“Con la nacionalización la autonomía financiera y la autonomía en los nombramiento internos eran garantías de PDVSA; mientras el Estado conservaba dos potestades: la fijación de los volúmenes de producción y la fijación del valor fiscal de exportación”, subrayó.

Para finalizar la actividad, tomó la palabra el autor del documental, Carlos Oteyza, quien aprovechó la ocasión para agradecerle al IESA por abrirles sus puertas a la cultura y al cine  venezolano.

Oteyza manifestó su preocupación por el hecho de que los venezolanos desconozcan la historia del petróleo, siendo este un componente que ha marcado de forma significativa al país.

Igualmente, manifestó que su intención con el documental fue reflejar la dicotomía entre una industria exitosa desde el punto de vista productivo y  el fracaso del manejo de su renta.