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¿Qué está detrás de la caída de los precios del petróleo?

¿Qué está detrás de la caída de los precios del petróleo?

El desplome de los precios del petróleo, que comenzó en junio de 2014 y se ha acentuado en meses recientes, plantea varias preguntas respecto a los acontecimientos que están detrás de este comportamiento repentino a la baja en la cotización del crudo, de sus consecuencias y de las perspectivas que genera para el futuro. Naturalmente, la dinámica de precios responde a las fuerzas de oferta y demanda y a las expectativas del mercado. La explicación económica a la caída en la cotización internacional de crudo está relacionada con una gran abundancia de esta materia prima en el mercado, consecuencia de un crecimiento menor de la demanda sobre la oferta que impulsa expectativas a la baja y tiene consecuencias directas sobre los precios.


Sin embargo, los movimientos de oferta y demanda son el resultado de factores geopolíticos, tecnológicos, estrategias de grandes actores, condiciones de la economía global y otros que afectan el mercado petrolero y generan variaciones sobre los precios en el corto plazo. El efecto combinado de estos factores genera situaciones de equilibrio en precios mayores o menores, dependiendo de la predominancia de la oferta o demanda en el mercado.

A continuación se presentan ocho factores que inciden en la caída del precio del crudo, según el investigador del Centro de Energía y Ambiente del IESA, Amando Romero:

La revolución del Shale Oil

El uso combinado de perforación horizontal y fracturación hidráulica en exploración, y producción de crudo en formaciones de rocas bituminosas en los Estados Unidos, ha permitido aumentos nunca antes vistos en los niveles de producción en ese país desde 2009. La revolución del Shale es la razón detrás de la adición de más de 3 millones de barriles diarios a la oferta mundial desde ese año. A pesar de que los costos son superiores a los de productores convencionales, la productividad en términos de tiempo de perforación, pozos perforados por taladro y barriles producidos por día ha aumentado significativamente, lo que permite que aún al precio actual muchos  campos puedan cubrir sus costos operativos de producción. Por esta razón, la producción sigue una tendencia ascendente a pesar del desplome de los precios y la consecuente caída en los taladros activos. Además, esta nueva producción de shale oil, se ha conjugado con una producción también creciente de petróleo de arenas bituminosas de Canadá, que ha sumado unos 700 mil barriles por día desde 2011, añadiendo aún más oferta de crudos no convencionales al mercado. Esto ha permitido a los Estados Unidos convertirse inicialmente en el segundo productor en 2011, superando a Rusia, y luego en el principal productor, superando a Arabia Saudita, en 2012.

La estrategia Saudita
En respuesta a los cambios en la oferta mundial generados por la revolución del petróleo de lutitas, Arabia Saudita ha modificado sustancialmente su estrategia para maximizar beneficios en el largo plazo, apoyado ampliamente por países aliados del Consejo de Cooperación para los Estados Árabes del Golfo (principalmente Kuwait). Hasta 2014 la estrategia saudí había consistido en compensar choques de oferta para mantener los precios estables alrededor de 100$ por barril. Sin embargo, dada su ventaja en términos de costos, la nueva estrategia saudí consiste en recuperar y ganar nuevas cuotas de mercado aumentando la producción en el corto plazo, aun cuando los precios caen drásticamente y en contra de las peticiones de recorte de producción de otros miembros de la OPEP. Los saudíes intentan recuperar poder de mercado y reducir los espacios para los productores no convencionales, menos aventajados en términos de costos. Arabia Saudita ha sumado más de 500 mil barriles a la oferta mundial de crudo entre enero y abril de 2015, sumado a 600 mil del resto de países de OPEP que no han tenido de otra sino seguir la estrategia del golfo.


Irán y posibles nuevos entrantes

En años recientes, acontecimientos como la guerra civil Libia y las sanciones contra el programa nuclear iraní han impactado de manera importante el mercado. En julio de 2015, Irán, Estados Unidos, China y la Unión Europea lograron un acuerdo para el levantamiento de las sanciones que prohibían la compra de crudos iraníes, lo que implica que de nuevo el país islámico podrá colocar de nuevo un millón de barriles diarios que había recortado de su producción desde principios de 2012. Según algunos analistas, las expectativas apuntan a que la producción iraní podría alcanzar estos niveles de producción en un período de alrededor de un año, lo cual incidiría de manera importante en los precios. Además, en el largo plazo se espera que la producción aumente en más de 2 millones de barriles diarios antes de 2020, perspectiva que coincide con los anuncios oficiales de nuevos proyectos luego del levantamiento de las sanciones. Por otro lado, la producción de Libia sigue estando muy por debajo de los niveles previos al inicio de los conflictos, lo que deja espacio al aumento de la oferta de ese país luego de una posible pacificación que, según varios analistas, no luce tan lejana. A esto se suma la recuperación de la producción de Irak, parcialmente afectada por la irrupción de ISIS en el país, aunque con una leve tendencia ascendente desde 2012. El asunto más relevante es que, dada la situación de bajos costos operativos de estos países, toda esta nueva oferta se incorpora al mercado independientemente del nivel de precios prevaleciente.


China y la desaceleración global
El denominado súper ciclo de precios, que comenzó en 2002 y vio aumentar de manera importante el precio de todo tipo de materias primas, ha sido atribuido principalmente al crecimiento sostenido de la demanda de estos bienes en los mercados emergentes, principalmente los asiáticos y, particularmente, en China. Así, los aumentos de precios de commodities en los mercados internacionales coincidieron con mayores tasas de crecimiento del producto, y por tanto de la demanda de estos en economías emergentes. Esto ocurrió hasta  2010, cuando las tasas de crecimiento globales, de los países asiáticos, y de China en especial, comenzaron a caer y con ellas el crecimiento de la demanda de materias primas. Las tasas de crecimiento global han caído a la mitad entre 2010 y 2013, sin ninguna excepción, todas las regiones del mundo han mostrado un menor desempeño desde entonces, incluso con una recesión en Europa y en general una lenta recuperación de la crisis de 2008. Los combustibles han sido particularmente sensibles, con una reducción generalizada de alrededor de un tercio en las tasas de crecimiento de la demanda mundial de petróleo crudo y de hasta la mitad en el caso de los países asiáticos. El caso de China es relevante puesto que ha sido el responsable de la mayor parte de los incrementos de la demanda en los últimos años (30% según la Agencia Internacional de Energía), lo que hace que el menor crecimiento de esta economía.

Apreciación del dólar y expectativas de alza en las tasas de interés
La crisis de 2008 propició la inyección de gran cantidad de liquidez al sistema financiero internacional por parte de la Reserva Federal. El banco central de Estados Unidos redujo las tasas de interés a niveles cercanos a cero y ha comprado masivamente bonos para inundar de dólares los mercados y favorecer el crédito y el crecimiento. Estas medidas produjeron la depreciación del dólar desde 2009 hasta mediados de 2014, cuando la recuperación económica y el debilitamiento del euro y otras monedas generaron una fuerte apreciación de la divisa norteamericana. En principio, esto favorecería las exportaciones de petróleo para la mayoría de los países productores, pero el efecto no es compensado por el desplome reciente de los precios. En términos de la cotización internacional del crudo, calculada en dólares, la apreciación de la divisa presiona a la baja los precios, toda vez que los compradores esperan ver compensados los mayores costos para obtener la divisa a través de reducciones en el precio de la materia prima en sí misma, reduciendo también la demanda. No es sólo que el petróleo ha perdido valor en el mercado, sino que los dólares que se obtienen a cambio han aumentado su valor. Finalmente, el anuncio de un posible aumento de las tasas de interés por parte de la Reserva Federal en el corto plazo genera preocupación acerca de la viabilidad futura de proyectos con altos costos operativos.


Irán y posibles nuevos entrantes
En años recientes, acontecimientos como la guerra civil Libia y las sanciones contra el programa nuclear iraní han impactado de manera importante el mercado. En julio de 2015, Irán, Estados Unidos, China y la Unión Europea lograron un acuerdo para el levantamiento de las sanciones que prohibían la compra de crudos iraníes, lo que implica que de nuevo el país islámico podrá colocar de nuevo un millón de barriles diarios que había recortado de su producción desde principios de 2012. Según algunos analistas, las expectativas apuntan a que la producción iraní podría alcanzar estos niveles de producción en un período de alrededor de un año, lo cual incidiría de manera importante en los precios. Además, en el largo plazo se espera que la producción aumente en más de 2 millones de barriles diarios antes de 2020, perspectiva que coincide con los anuncios oficiales de nuevos proyectos luego del levantamiento de las sanciones. Por otro lado, la producción de Libia sigue estando muy por debajo de los niveles previos al inicio de los conflictos, lo que deja espacio al aumento de la oferta de ese país luego de una posible pacificación que, según varios analistas, no luce tan lejana. A esto se suma la recuperación de la producción de Irak, parcialmente afectada por la irrupción de ISIS en el país, aunque con una leve tendencia ascendente desde 2012. El asunto más relevante es que, dada la situación de bajos costos operativos de estos países, toda esta nueva oferta se incorpora al mercado independientemente del nivel de precios prevaleciente.

Rusia y la situación de otros productores no OPEP

El grupo de países productores distintos a los miembros de la OPEP y Estados Unidos son particularmente sensibles al desplome de los precios. A pesar de ello, en conjunto han sido resistentes hasta el momento. Rusia, el tercer productor mundial, redujo su producción en 200 mil barriles diarios desde febrero de este año luego de un máximo histórico de más de 11 millones de barriles. Recientemente, voceros del gobierno de ese país han mostrado interés en establecer conversaciones con miembros de la OPEP para “discutir la situación del mercado”. Esta preocupación expresa la situación de los productores fuera de la organización, con altos costos operativos en la mayoría de los casos. En general,  ha disminuido la cantidad de taladros activos y han sido cerrados gran cantidad de pozos que dejaron de ser rentables tras la caída en los precios, lo que impactará significativamente la producción futura. Esto incluye, además de Rusia, a países como Brasil, México, Noruega y muchos otros que representan más de la mitad de la producción mundial. La oferta de todos estos países en conjunto se ha reducido y se espera una caída de 500 mil barriles diarios en 2016, según la Agencia Internacional de Energía. La nueva situación del mercado, en la que los países OPEP con menores costos operativos han están expandiendo su producción, resta importantes espacios para estos productores, con reducido poder de mercado aisladamente y que terminan ajustando su producción a un nivel de precios mucho más influenciado por otros oferentes.

Inventarios en ascenso e inversiones en reservas energéticas
Los elevados niveles de producción han hecho aumentar los niveles de inventario de petróleo crudo en todo el mundo. El boom de producción de crudo de esquistos en Estados Unidos ha contribuido a copar la capacidad de almacenamiento hasta niveles de contingencia o emergencia en algunos casos. Según la Agencia Internacional de Energía, los inventarios en ese país ascendieron a casi 500 millones de barriles en septiembre, sumados a un total de casi 3 mil millones de barriles en el grupo de países del OCDE, cantidad que cubriría unos 31 días de demanda mundial de crudo. Esta situación es generalizada y se suma a nuevas inversiones en almacenamiento estratégico que planean países como China, cuyo gobierno ha anunciado recientemente la construcción de reservas de alrededor de 600 mil barriles. Esto significaría aumentar la cobertura de sus importaciones desde unos 30 días, en los niveles actuales, a más de 90 días en el futuro, según Reuters. En este sentido, China estaría a provechando la caída de la cotización internacional del crudo para aumentar sus reservas estratégicas en favor de su seguridad energética a largo plazo. La reducción del espacio de almacenamiento a nivel mundial podría añadir algunos barriles a la oferta mundial en el corto plazo, mientras las inversiones en su ampliación se hacen tangibles. Este es un efecto que puede esperarse en el corto plazo y que presionaría a la baja los precios.

Mercados de futuros y expectativas de precios

El petróleo, como otras materias primas, es un activo financiero transado en los mercados financieros con fines especulativos, principalmente en los mercados de futuros. En estos mercados el petróleo es negociado en contratos de entrega física en el futuro, a diferencia de los contratos spot, que se transan en el presente. Los mercados de futuros se han convertido en la referencia en términos de precios, no sólo para el petróleo, sino para el resto de los commodities. Cuando los precios de futuros se encuentran por encima de los precios spot esperados en la misma fecha ocurre un fenómeno denominado contango, en el que el mercado espera que el precio aumente en el futuro. Esto está ocurriendo desde finales 2014, lo que significa que el mercado interpreta que la caída de precios puede estar llegando a su límite y espera un repunte en la cotización. El fenómeno contrario, backwardation, ocurrió desde julio de 2014 hasta noviembre del mismo año, cuando la tendencia cambió. Por esta razón, muchos especuladores están almacenando crudo, lo que contribuye con el problema de inventarios en el corto plazo. Esto coincide con la proyección de muchos analistas y agencias de un repunte de precios en el mediano plazo, probablemente finales de 2016. Desde el último trimestre del año pasado y durante todo este año esas proyecciones estuvieron cayendo, afectando a la baja la cotización de futuros, situación que se ha revertido en el presente. Los informes de agencias, bancos internacionales y bancos y organizaciones multilaterales podrán ser determinantes en la cotización futura, aún más en momentos de transición en el que los mercados se encuentran ávidos de nueva información.

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