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El acto incluyó un debate entre expertos sobre la gerencia y la fijación de precios en entornos hiperinflacionarios, y cómo se ve afectado el consumidor. 

El profesor Carlos Jaramillo abordó el tema de la gerencia en hiperinflación, y presentó recomendaciones en finanzas, mercadeo, manufactura y recursos humanos. Recomendó utilizar el poder de negociación, y entender que este va cambiando: “Empresas y proveedores deben aprender que la idea es ayudarse mutuamente”. También es muy importante que las empresas identifiquen sus productos medulares (y traten de mantenerlos) y hagan seguimiento de los costos de reposición, pues corren el riesgo de descapitalizarse con mucha velocidad. “En mercadeo y comunicaciones estamos viviendo los cambios que aparecen en el país, más los naturales que se dan con el avance tecnológico en el mundo entero", agregó el profesor Jaramillo para culminar su ponencia. 

Continuó el profesor Richard Obuchi para explicar cómo fijar los precios en entornos inflacionarios. Recordó el caso de Zimbabue, que en el año 2008 sufrió una hiperinflación en la cual los precios aumentaron en 231 millones por ciento. “Algunas opciones: salir del efectivo rápidamente, entender los costos y empezar a darle mayor importancia al recurso humano. Descentralizar las decisiones, pues deben ser más rápidas y flexibles. Además, hay que considerar los productos que mayor rentabilidad producen para la compañía”, fueron algunas de las iniciativas que propuso el profesor Obuchi para sobrevivir a la inflación.

Saúl Cabrera, presidente de Consultores 21, expuso hallazgos de las investigaciones de su empresa, para explicar las percepciones y expectativas de los venezolanos en la situación actual. Aclaró que deben tomarse en cuenta los sentimientos, actitudes y pensamientos de los venezolanos en este momento: para la mayoría la crisis es una crisis alimentaria, pues las personas solo recuerdan empresas de alimentos, sin considerar otros tipos de empresas como bancos o constructoras. “Las personas dejaron de comprar ropa y calzado, utilizan ahorros para comer, empiezan a endeudarse y empeñar bienes para sobrevivir”, señaló Cabrera. Además, afirmó que la mitad de las familias venezolanas comen menos de tres veces al día. 

Concluyó con la afirmación de que el empresario necesita confianza para invertir en el país. Compartimos con nuestro Club de lectores de Debates IESA dos artículos de la revista acerca de estos temas:

Cómo enfrentar el desmoronamiento en Venezuela: entre el oportunismo y la supervivencia 

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