A inicios de marzo se realizó en las instalaciones del IESA el foro “La Economía del Petróleo en la Venezuela Contemporánea”, organizado por el Centro Internacional de Energía y Ambiente (CIEA) en conjunto con la Academia Nacional de Ciencias Económicas (ANCE) y con el gran apoyo de la empresa Suelopetrol. El mismo tuvo como objetivo ahondar en los temas más relevantes que conciernen al mercado petrolero mundial en el contexto de la caída de los precios del crudo.

El Dr. Luis Mata Mollejas, Presidente de la ANCE, inició el foro ilustrando la aguda caída de los precios petroleros, destacando que las dimensiones de tal fenómeno no se limitarán a lo económico sino que trascenderán a lo político y social.

Seguidamente, Mazhar Al-Shereidah, economista, asesor y profesor de la Universidad Central de Venezuela, argumentó que el aumento sostenido de la producción de las arenas bituminosas de Canadá, ha generado sustitución de importaciones en EEUU, al igual que el aumento de la producción de petróleo de lutitas de EEUU, generándose sobreoferta, que no solo ha hecho caer los precios sino que ha propiciado que los países OPEP, quienes a pesar de concentrar las mayores reservas del mundo producen hoy en día, menos barriles diarios que en 1981.

Por su parte, Francisco Monaldi, director del Centro Internacional de Energía y Ambiente (CIEA) del IESA y profesor invitado de la Universidad de Harvard, destacó la decepcionante evolución presentada por la industria petrolera venezolana al finalizar una década de condiciones muy favorables para su desarrollo.

Según Monaldi, la caída de los precios pone a PDVSA bajo una gran presión que ha hecho se acelere el pragmatismo en la política petrolera nacional, lo que los ha llevado a replantear sus políticas de subsidios nacionales y acuerdos internacionales y a ofrecer mejores condiciones y mayor autonomía a los socios extranjeros. Sin embargo, aún con estas medidas sería difícil obtener las inversiones necesarias debido a la gravedad de las dificultades técnicas y financieras de PDVSA, la inestabilidad macroeconómica y política de Venezuela, y la caída de los precios del petróleo.

Luisa Palacios, analista para América Latina de la firma internacional, Medley Global Advisors, habló sobre las perspectivas del mercado petrolero mundial, indicando que una gran incertidumbre domina el mercado, a pesar del consenso sobre la recuperación de los precios del crudo para el segundo semestre del año. Ésta recuperación, sin embargo, se dará a precios muchos menores a los cien dólares por barril.

Palacios recordó que los elementos claves para evaluar el desarrollo serán la duración de los crecientes inventarios de EE.UU y Europa, los riesgos geopolíticos, la sensibilidad de la producción no convencional de EE.UU y la respuesta tanto de los productores no miembros de la OPEP como de la demanda mundial ante la caída de los precios.

Diego González miembro de COENER y CEDICE, abordó el problema de la organización actual de la industria petrolera con énfasis en PDVSA, considerando que un elemento importante fue el cambio de misión de la empresa, la cual pasó de buscar maximizar la producción y las ganancias a contribuir con el gasto social del país y con la agenda política actual.

Para hacer frente a la situación, Gonzalez propone cambios como el rol de operadora de PDVSA a administradora de los recursos, así como una mayor participación privada en la industria. A nivel institucional, las propuestas se basaron en la creación de organismos independientes del gobierno que dicten la política petrolera nacional.

El Doctor Luis Zambrano Sequín, Individuo de Número de la ANCE y profesor de la UCAB, advirtió sobre la preocupante situación macroeconómica, calificando la caída de precios petroleros actuales como el estrepitoso fin de un ciclo de “boom” similar al experimentado en la década de los 70. Según Zambrano, esta vez el choque de precios encuentra a Venezuela en condiciones muy precarias que limitan sus capacidades de hacerle frente, principalmente por las grandes distorsiones cambiarias, la gran dependencia del gobierno del señoreaje y la cada vez menos efectiva política fiscal. El profesor estima un déficit en balanza de pagos de entre US$ 9-17 miles de millones para el 2015 y la prolongación de los desequilibrios macroeconómicos básicos incluso en el mediano plazo, lo que obligaría al gobierno a recurrir a medidas drásticas en su manejo de la política económica.

El profesor Humberto García Larralde expuso la relación entre el petróleo y desarrollo económico desde una perspectiva institucional. Para García Larralde, a partir de 1978 el petróleo dejó de ser un motor del crecimiento en la economía venezolana, debido a la consolidación de instituciones que favorecían el rentismo sobre la productividad, el intervencionismo estatal en el sector privado y la poca competitividad, un hecho que resultó evidente tras la caída de los precios petroleros en la década de los 80. Agregó que durante la presidencia de Hugo Chávez, hubo un éxito parcial gracias a los altos precios petroleros; pero la redistribución no produjo un desarrollo social relevante debido a su precariedad institucional.

El evento finalizó con las palabas del presidente del IESA, Gustavo Roosen, quien centró su discurso en la distorsión de las motivaciones del venezolano en la gerencia y administración petrolera, así como la necesidad de incorporar fenómenos como la transición demográfica, el estado de la tecnología y su avance, y el papel que jugará la industria petrolera en el futuro, dentro de la elaboración de escenarios para Venezuela. Indicó que “en la década de los setenta Rafael Alfonzo Ravard, primer presidente de PDVSA, señaló que la política no se metería en la industria petrolera, ya que son los petroleros los que van a buscar a los políticos. Recalcó que justamente en ese momento es cuando se va a confundir las motivaciones del logro hacia las motivaciones del poder, trastocando de manera definitiva la actividad petrolera desde el punto de vista gerencial”.

Roosen mencionó que es fundamental la separación del Estado en la actividad privada petrolera actual, debido a que este debe velar por la correcta supervisión y creación de políticas generales de participación en mercados como la OPEP, en lugar de manejar y controlar el área administrativa.